Joseph Cornell nació el 24 de diciembre de 1903 en Nueva York. Después de su acercamiento al surrealismo, comienza a crear collages en blanco y negro con recortes de grabados del siglo XIX, siendo Max Ernst una de sus mayores influencias. Posteriormente, comenzó a crear obras tridimensionales como cajitas y campanas de vidrio. Era en las noches, después de trabajar, cuando dedicaba tiempo a sus creaciones. Su primeras cajas pertenecen a la serie Soap Bubble Set. La primera de ellas se exhibió en el Museum of Modern Art junto con otros de sus objetos en 1936 en la exposición Fantastic Art, Dada and Surrealism.
Cornell es conocido como uno de los máximos representantes del ensamblaje ,es decir sus obras más destacadas son su famosas cajas, estas cajas consistían en marcos de madera que dentro atesoraban objetos, fotografías, recortes de revistas, etc. En resumen, elementos de diferentes lugares, estilos y épocas que al ser colocados juntos formaban un todo unitario tanto estético como de significado.
Las cajas de Joseph Cornell desprenden instantes de magia, son poéticas, sencillas, nos trasladan al mundo de los sueños, a las ilusiones perdidas, son como escenarios de un teatro al que acudes para ir a ver historias. Cornell tenía una gran sensibilidad y colocaba los objetos y fotografías jugando con la textura, la luz. Los objetos dejaban de ser cotidianos para volverse magia delante de nuestros ojos. Una de las características de sus cajas es que muchas de ellas contenían un componente interactivo. Por ejemplo, en una de sus obras realiza un enorme y antiguo castillo, al cual recorta las ventanas y dentro de ellas coloca cuidadosamente cristales, de modo que cuando nos acercamos a su obra y abrimos las ventanas, nosotros somos los que aparecemos reflejados pasando a formar parte de la obra misma.
Algunas imágenes:
Cornell es conocido como uno de los máximos representantes del ensamblaje ,es decir sus obras más destacadas son su famosas cajas, estas cajas consistían en marcos de madera que dentro atesoraban objetos, fotografías, recortes de revistas, etc. En resumen, elementos de diferentes lugares, estilos y épocas que al ser colocados juntos formaban un todo unitario tanto estético como de significado.
Las cajas de Joseph Cornell desprenden instantes de magia, son poéticas, sencillas, nos trasladan al mundo de los sueños, a las ilusiones perdidas, son como escenarios de un teatro al que acudes para ir a ver historias. Cornell tenía una gran sensibilidad y colocaba los objetos y fotografías jugando con la textura, la luz. Los objetos dejaban de ser cotidianos para volverse magia delante de nuestros ojos. Una de las características de sus cajas es que muchas de ellas contenían un componente interactivo. Por ejemplo, en una de sus obras realiza un enorme y antiguo castillo, al cual recorta las ventanas y dentro de ellas coloca cuidadosamente cristales, de modo que cuando nos acercamos a su obra y abrimos las ventanas, nosotros somos los que aparecemos reflejados pasando a formar parte de la obra misma.
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